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¿Qué es el trastorno depresivo mayor y en qué se diferencia de la depresión normal?
Todos hemos tenido momentos de bajón anímico. A veces no nos sentimos tan enérgicos o alegres como solíamos estar. A veces, este cambio de humor está provocado por algún desencadenante, otras veces no hay una razón aparente. Sin embargo, pronto pasa y volvemos a sentirnos más normales. Pero, ¿es esto un síntoma de depresión? ¿Qué es la depresión mayor? En este artículo, intentaremos responder a estas preguntas, centrándonos especialmente en la depresión mayor.
El trastorno depresivo mayor (TDM), también conocido como depresión clínica, es bastante diferente de la condición mencionada anteriormente. El estado de ánimo bajo de la persona que padece esta condición no es temporal, sino persistente. El interés por las actividades que solía disfrutar en el pasado ha desaparecido por completo o ha disminuido considerablemente. El estado de ánimo bajo en las personas afectadas por el TDM puede durar semanas y tener efectos negativos en muchos aspectos de su vida, incluida la vida laboral.
En resumen, la depresión mayor no es un estado de tristeza o mal humor. El TDM es una afección médica que cumple ciertos criterios clínicos y requiere conciencia, comprensión y, a menudo, intervención profesional.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno depresivo mayor?
El hecho de que el TDM también pueda requerir intervención médica hace que sea extremadamente importante reconocerlo. De hecho, si no conocemos los síntomas, podemos retrasar la toma de medidas. Entonces, ¿cuáles son los síntomas del trastorno depresivo mayor?
No todos los pacientes experimentan los síntomas del TDM exactamente de la misma manera. Los síntomas pueden presentarse con diferente intensidad en diferentes personas. Sin embargo, hay algunos síntomas que se asocian comúnmente con este trastorno. Estos síntomas comunes pueden observarse durante al menos dos semanas y de forma casi continua.
Los síntomas comunes del trastorno depresivo mayor se pueden enumerar de la siguiente manera:
- Sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza o llanto sin motivo aparente.
- Falta de interés en actividades y aficiones que antes disfrutaba.
- Cambios de peso sin cambios en la dieta.
- Insomnio (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido) o hipersomnia (sueño excesivo).
- Fatiga o pérdida de energía.
- Sentimiento de inutilidad o culpa excesiva.
- Dificultad para concentrarse.
- Cambios psicomotores.
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio.
Sin embargo, para un diagnóstico preciso, es necesario asegurarse de que estos síntomas no estén relacionados con otras afecciones médicas o con el consumo de sustancias.
¿El trastorno depresivo mayor puede desaparecer por sí solo o requiere tratamiento?
Los síntomas de la depresión, que pueden desencadenarse por factores estresantes temporales, tienden a mejorar cuando se elimina el factor estresante. Por lo tanto, es posible recuperarse sin ningún tratamiento profesional. Sin embargo, especialmente en el caso del trastorno depresivo mayor de moderado a grave, es poco probable que se produzca una recuperación espontánea. Si no se trata, las personas con TDM pueden desarrollar complicaciones como el empeoramiento de los síntomas, la susceptibilidad al abuso de sustancias o ideas o intentos suicidas.
Por otro lado, la detección precoz del trastorno y una intervención adecuada pueden conducir a mejoras significativas en la calidad de vida de los pacientes con tratamiento continuo. Con el tratamiento adecuado, los síntomas existentes pueden controlarse y reducirse, y también puede prevenirse su reaparición.
¿Cómo se trata la depresión mayor?
El tratamiento del trastorno depresivo mayor suele consistir en una combinación de enfoques terapéuticos adaptados a las necesidades y la gravedad de los síntomas de cada persona. El objetivo del tratamiento del TDM es reducir los síntomas, mejorar la calidad de vida y promover el bienestar emocional a largo plazo.
Las opciones de tratamiento más comunes se pueden enumerar de la siguiente manera:
- Psicoterapia (terapia conversacional): La terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia interpersonal (TIP) y otras formas de asesoramiento ayudan a las personas a identificar patrones de pensamiento negativos, procesar las emociones y desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables.
- Medicamentos: Los antidepresivos, como los ISRS o los IRSN, pueden ayudar a corregir los desequilibrios químicos en el cerebro. Estos medicamentos suelen tardar unas semanas en surtir efecto.
- Ajustes en el estilo de vida: Se ha demostrado que la actividad física regular, una alimentación saludable, un sueño adecuado y las prácticas de mindfulness favorecen la estabilidad del estado de ánimo.
- Grupos de apoyo o asesoramiento entre pares: compartir experiencias similares en un entorno seguro puede reducir la sensación de aislamiento y proporcionar un apoyo positivo.
- En casos graves: cuando otras opciones no son eficaces, se puede considerar la hospitalización o tratamientos más intensivos, como la terapia electroconvulsiva (TEC) o la estimulación magnética transcraneal (EMT).
Los mejores resultados en el tratamiento del TDM se obtienen cuando se combinan varias modalidades de tratamiento y los profesionales de la salud mental revisan y evalúan periódicamente el estado actual y los progresos.
¿Es posible que las personas con trastorno depresivo mayor participen en la vida social?
Aunque no siempre es fácil, las personas con trastorno depresivo mayor pueden participar en la vida social. Sin embargo, estas personas pueden tener dificultades internas para participar en actividades sociales, tanto en términos de motivación como de energía. Por lo tanto, las actividades sociales pueden resultarles muy abrumadoras. Sin embargo, aunque puede ser un reto para ellas, romper el aislamiento total y socializar, aunque sea de forma limitada, es muy importante en el proceso de recuperación.
En este punto, las personas que rodean a la persona con TDM también pueden ayudar animándola pacientemente a participar en actividades sociales. Las pequeñas conversaciones, a veces incluso los mensajes de texto, pueden ayudar a la persona a desarrollar un sentido de confianza y a socializar más fácilmente con el tiempo.
¿Cómo ayudar a las personas con trastorno depresivo mayor?
Apoyar a alguien con trastorno depresivo mayor requiere empatía, paciencia y una comprensión consciente. Recuerde que, aunque no pueda «curar» la depresión de su ser querido, su apoyo puede ser una poderosa fuente de estabilidad durante su camino hacia la recuperación.
A continuación, se indican algunas formas de ayudar a su ser querido con TDM:
- Escucha sin juzgar: A veces, simplemente escuchar puede ser exactamente lo que se necesita. Además, puede que no sea necesario encontrar una solución o incluso expresar una opinión. En esos momentos, basta con que él o ella sienta que estás ahí para él o ella y que le estás escuchando.
- Anima a buscar ayuda profesional: Sin ofender a tu familiar, sugiérele con delicadeza que acuda a un médico o a un profesional de la salud mental y, si es necesario, ofrécele ayuda para encontrar recursos o concertar citas.
- Sea paciente y constante: la recuperación no se produce de la noche a la mañana. Demuestre que está dispuesto a estar ahí para su familiar incluso cuando las cosas se pongan difíciles.
- Ofrezca apoyo práctico: esto podría significar ayudar con las tareas diarias, proporcionar transporte o simplemente llamar con regularidad.
- Infórmese sobre la depresión: cuanto mejor comprenda la enfermedad, mejor podrá apoyar a la persona afectada de forma informada y compasiva.
- Cuida tu salud: Apoyar a otra persona puede ser emocionalmente agotador. Asegúrate de cuidar también tu salud mental.
El apoyo compasivo, combinado con un tratamiento adecuado, puede ayudar a las personas con TDM a sentirse menos solas y más esperanzadas sobre su recuperación.